martes, 4 de octubre de 2016

Jesús NO nos promete una vida sin problemas, pero SI nos asegura Su presencia, Su ayuda y la Victoria final.

Amo a Dios y reconozco su 
Voz, su Presencia por los
íntimos claustros del corazón.

Amo a Dios porque si no es 
de Dios ¿de dónde me nace 
la dulcísima primavera de amor 
que estalla hoy por los 
jardines de mi vida?.

Amo a Dios y creo en Jesús
resucitado, de brazos 
abiertos, corazón en ascua 
y alas de Dios.

Amo a Dios y lo descubro 
en la mirada azul del niño, 
ventana pura por donde 
se asoma el Padre de la Vida 
y contempla con ternura su
creación.

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